jueves, diciembre 25, 2003

Tinta

La tinta con que escribo, es a veces
roja como la sangre que haces correr por mis venas,
azules como las olas del mar que me cubre,
negras como aquella noche estrellada
Blanca como la nada que es cuando tú no estás.
Soy como estas tintas, que a veces se derraman
Soy como esa tinta que no encuentra contención
que busca en todos los rincones de mi alma,
paz; la paz que tanto ansío

No quiero fin, no quiero que esto se termine
quiero seguir a tu lado eternamente
Que las tintas no se acaben
sin antes poder decir
que vivo enamorado,
y enamorado de vos he de morir.

martes, diciembre 23, 2003

Cuento de Navidad

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:

- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa
La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.

De repente sonó el timbre. Eta una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme?

Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.

-¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.

-Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda presta?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

-¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinod, preparó unos coctelitos.

Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.

-Señora, deme un plato de comida.

-¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado?

Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.

A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel.

-¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?

-No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

(Frei Betto, A Comunidad de fe. Catecismo popular, Sao Pulo, 1989, pp 50-52)

viernes, diciembre 12, 2003

mar

UN MAR DE SABIDURÍA

Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
- Isaac Newton

lunes, diciembre 08, 2003

mentira

El arte es una mentira que nos acerca a la verdad. - Pablo Picasso

sábado, diciembre 06, 2003

Ojalá

Sueña lo que tú quieras soñar, anda donde tú
quieras ir, sé lo que tú quieres ser, porque sólo
tienes una vida y una oportunidad para hacer todas
las cosas que quieres hacer.
Ojalá que tengas suficiente felicidad que te haga dulce,
suficientes pruebas que te hagan fuerte, suficiente
esperanza que te haga feliz...

martes, diciembre 02, 2003

soledad

“Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último
vagón
tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor...” de M Benedetti

lunes, diciembre 01, 2003

Me Basta con que existas

Me basta con que existas;
no importan tus amores,
tus dudas o tus miedos.
Me basta con que pases
para olerte en el viento
y sentir tu ternura
sin que toques mi cuerpo.

Ancízar Villa, Colombia