miércoles, febrero 18, 2004

Perfección

“..Yo creo que las grandes novelas son las que se exponen al riesgo del fracaso. Ahora, qué pasa: un gran escritor de novelas, como era Cortázar, sabe bien que no se puede escribir un libro perfecto. El único libro perfecto lo puede escribir Dios, pero en ese caso, ¿quién puede leerlo? De modo que hay que aceptar ese resquicio de fracaso, donde la novela pueda sangrar para ser humana. La Metamorfosis sangra, el Ulises sangra y Rayuela sangra, también. No son perfectas. Y ahí están la humanidad del libro, y su grandeza.” De una entrevista a Carlos fuentes en La Nación del domingo 15/02




viernes, febrero 13, 2004

Un enamorado..

La señorita maestra

pasa vestida de blanco ;

en su oscuro pelo duerme

la noche aún, perfumado,

y en lo hondo de sus pupilas

yacen dormidos los astros.

Buenos días señorita

del caminar apurado ;

cuando su voz me sonríe

olvido todos los pájaros,

cuando sus ojos me cantan

se torna el día más claro,

y subo la escalinata

un poco como volando,

sábado, febrero 07, 2004

20 años de Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola comi si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.