sábado, abril 24, 2004

Una historia, un mate

El Zacarías y yo tomamos mate. Siempre. A cualquier hora. Las veces que estuvimos a punto de separarnos, las veces que llegó un hijo nuevo a casa, cuando lo echaron del trabajo, cuando Argentina salió campeón del mundo, cuando se cayeron las torres gemelas. Cuando murió mamá... Entre el Zacarías y yo hubo días sin besos a la mañana, semanas sin dirigirnos la palabra, meses enteros sin juntar los pelos, años larguísimos sin un peso en el bolsillo. Pero no hubo nunca en nuestro matrimonio un solo día sin que él o yo nos sentáramos en silencio a tomar mate.

El mate no es una bebida, corazones de otro barrio. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás sola. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es “hola” y la segunda “¿unos mates?”.

Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de puta.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. El Caio empezó a pedir a los cinco. La Sofi a los nueve. El Nacho a los tres. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza:

—¿Dulce o amargo?

El otro responde:

—Como tomes vos.

Yo les escribo siempre a ustedes con el mate al lado del teclado. Leo los comments con el mate al lado. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Ni a la vieja Monforte.

Escribo esto por algo. Hoy llegamos todos de la calle y el Caio estaba tomando mate solo. Nunca antes había tomado mate solo. Siempre con el Chileno Calesita, o con la hermana, o con nosotros. Solo jamás.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

El Caio no sabe qué carajo le pasa. No va a recordar este día. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. Yo no me acuerdo de mi día. Zacarías tampoco. Nadie se acuerda. Pero hoy el Caio empezó a tomar mate solo. Hoy, 8 de enero del 2004, a la madrugada. Su padre y yo, escondidos en el pasillo, empezamos a mirarlo con respeto.
Por Mirta

Anónimo

NO SE PUEDE PROHIBIR
NI SE PUEDE NEGAR
EL DERECHO A VIVIR
LA RAZÓN DE SOÑAR

NO SE PUEDE PROHIBIR
NI EL CREER NI EL CREAR
NI LA TIERRA EXCLUIR
NI LA LUNA OCULTAR




NO SE PUEDE PROHIBIR
NI UNA PIZCA DE AMOR
NI SE PUEDE ELUDIR
QUE RETOÑE LA FLOR



NI EL ALMA VIBRAR
NI EL PULSO LATIR
NI LA VIDA EN SU ANDAR
NO SE PUEDEN PROHIBIR



NO SE PUEDE PROHIBIR
LA ELECCIÓN DE PENSAR
NI SE PUEDE IMPEDIR
LA TORMENTA EN EL MAR



NO SE PUEDE PROHIBIR
QUE EN UN VUELO INTERIOR
UN GORRIÓN AL PARTIR
BUSQUE UN CIELO MEJOR



NO SE PUEDE PROHIBIR
UN IMPULSO VITAL
NI LA GOTA DE MIEL
NI EL GRANITO DE SAL
NI LAS GANAS SIN PAR
NI EL DESEO SIN FIN
DE REÍR, DE LLORAR,
NO SE PUEDE PROHIBIR



NO SE PUEDE PROHIBIR
EL COLOR TORNASOL
DE LA TARDE AL MORIR
EN LA PUESTA DEL SOL

NO SE PUEDE PROHIBIR
EL AFÁN DE CANTAR
NI EL DEBER DE DECIR
LO QUE NO HAY QUE CALLAR



SOLO EL HOMBRE INCAPAZ
DE ENTENDER, DE SENTIR,
HA LOGRADO AL FINAL
SU GRANDEZA PROHIBIR

Y SE NIEGA EL SABOR
Y LA SIMPLE VERDAD
DE VIVIR EL AMOR
Y EN TOTAL LIBERTAD

SI TUVIESE EL PODER
DE PODER DECIDIR
DICTARÍA UNA LEY
ES PROHIBIDO PROHIBIR

autor: Desconocido

domingo, abril 18, 2004

Llueve

Llueve dentro mío cuando no te tengo, llueve dentro de casa cuando vos no estás. Ahora que estás aquí todo es romántico, me encanta ver llover desde la ventana. Julio

viernes, abril 16, 2004

Canciones de la vida profunda

" Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
—¡niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!—
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noche lúgubres el llanto del pintar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
¡Un día en que ya nadie nos puede retener! "

Porfirio Barba Jacob (Colombia, 1883-1942)

sábado, abril 10, 2004

PIEDRITAS - Paulo Coelho

En cierta ocasión, un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena.
Iba pensando de esta forma:
Si tuviera un carro nuevo, sería feliz.
Si tuviera una casa grande, sería feliz.
Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz.
Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz, cuando tropezó con una bolsita llena de piedras.

Comenzó a arrojar las piedritas una por una al mar cada vez que decía:
Sería feliz si tuviera...
Así lo hizo hasta que solamente quedó una piedrita en la bolsita, que decidió guardar.
Al llegar a su casa percibió que aquella piedrita era en realidad un diamante muy valioso.
¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar sin detenerse a pensar?
Así son las personas - arrojan sus preciosos tesoros por estar esperando lo que creen perfecto o soñando y deseando lo que no tienen, sin darle valor a lo que tienen cerca de ellas.
Si mirasen alrededor, deteniéndose a observar, percibirían lo afortunadas que son.
Muy cerca de si está su felicidad.
Cada piedrita debe ser observada -puede ser un diamante valioso.
Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, valioso e insustituíble.
Depende de cada uno aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para jamás recuperarlo.
¿Y tú como estás lanzando tus piedritas? que pueden ser novios, amigos, trabajo, e inclusive tus mismos sueños...
"El mundo está en las manos de aquellos que tienen el valor de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños."

viernes, abril 09, 2004

Jenófanes

No desde el principio desvelaron los dioses todo a los mortales. Pero a lo largo del tiempo, buscando, encontraremos lo mejor.
Jenófanes

viernes, abril 02, 2004

dolores

La vida comienza con una sonrisa, crece con un beso y termina con una lágrima. El futuro brillante estará basado siempre en un pasado olvidado; no puedes continuar con tu vida hasta que dejes escapar tus fracasos del pasado y los dolores de corazón. - anónimo

jueves, abril 01, 2004

de Borges..

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... - Borges